martes, 30 de julio de 2013

Cap.26.-



Salí corriendo del hospital tras ver la hora en el reloj que colgaba en una de las paredes de la sala de espera. Thomas dijo que me esperaría fuera a las seis. Cruzando la puerta, un aroma a tabaco y desesperación inundó mis fosas nasales provocándome una leve tos seca. Miré hacia el frente y apoyado elegantemente sobre el capó de un reluciente coche rojo, estaba Tom.

- ¿Qué has hecho con Blondie?-pregunté acercándome a él con una sonrisa.
- Un cambio radical, ¿te gusta?
- Me gustaba más en amarillo pollito, sinceramente.- me reí mientras el tiraba graciosamente de mis mofletes antes de besar mi frente.- ¿Qué te dije de mi cara? No toques, es muy delicada.- sonreí sobándome las mejillas.
- Que quejica eres. ¿Te llevo a casa?

Asentí y me monté en el coche, estaba hecha polvo de no haber dormido nada así que en cuando llegara a casa y pillara cama no habría quien me sacara. Todo el camino fue en silencio, más bien por mi parte ya que me estaba quedando dormida contra el cristal de la ventana.

- Melissa, las llaves, ¿Dónde tienes las llaves?
- ¿Uhm…?

Estaba frente a la puerta de mi casa en brazos de Tom y del zarandeo que di del susto, acabe cayéndome al suelo. El reía exageradamente mientras yo me frotaba el muslo derecho que me dolía de la caída matándolo con la mirada. Se agachó para ayudarme a que me pusiera en pie, colocando su mano demasiado abajo, en mi espalda para mi gusto, me acercó a él tan repentinamente que no me dio tiempo a apartarme cuando sus labios ya estaban sobre los míos. En ese momento quería apartarlo, no me sentía cómoda. Así que aunque no pudiera negar que besaba bien, increíblemente bien, subí mis brazos hasta sus hombros empujándolo, pero no cedía y yo sentía que me estaba empezando a agobiar. Así como si nada, algo lo apartó de mi y cuando miré Louis estaba por cogerme en brazos y haciendo eso, me colocó sobre sus hombros llevándome a su casa. Yo pataleaba y le gritaba que me soltara pero no cedía. No fue hasta que me dejó en el suelo que me calmé un poco.

- Gracias y… ¿Se puede sabes en que narices pensabas para hacer eso?- lo miré mal.
- Una damisela en apuros.- contestó con una sonrisa torcida como gesto.
- Puedo arreglármelas muy bien sola.
- Claro, por eso casi te violan delante de tu casa, eso habría quedado muy bonito…
- ¡No me iba a violar! ¡No lo conoces!
- Pero conozco sus intenciones y sé lo que quería hacer… contigo.- sonrió con superioridad.
- ¡Maldito idiota entrometido!- le grité acercándome hasta la puerta.
- ¡No soy ningún entrometido! Solo me preocupo.
- ¡Deja de meterte en mi vida, odio que hagan eso y lo odio mas si lo haces tú!- nada mas dije eso me arrepentí un poco, me estaba pasando cuando el solo intentó ayudarme.
- ¡Ojalá fueras tú la que estuviera en coma y no Noelia!- eso si me dolió, con eso no se jugaba, de ninguna de las maneras. Lo miré fijamente mientras empezaban a brotar un montón de lágrimas de mis ojos. Llena de rabia cogí un jarrón que había al lado de la entrada.- No, espera, no quería decir eso…- se lo lancé premeditadamente hacia la cabeza aunque logó esquivarlo.
- Te odio.- y tras decir esto me alejé hacia mi casa dando un portazo.

 *Narra Carlota*
Justo cuando llegábamos a casa de Harry después de salir del hospital. Louis se precipitaba a toda prisa por la puerta hacia la calle alegando que tenía que hacer algo importante. Nosotros nos miramos cómplices, sin entender que pasaba y sonreímos entrando en la casa.

- Ahora mismo si me lanzara sobre la cama no habría quien me moviera.- comentó Harry dejando la chaqueta sobre el perchero antes de que le sonara el móvil.- ¿Diga?... ¿En serio?... ¡Si, es genial!... Claro, ahora se lo digo, gracias Niall.- me miró y sus labios empezaron a estirarse hasta el punto de casi dividirle la cara en dos con una sonrisa.
- ¿Qué pasa? ¿Está todo… bien?
- Noelia se ha despertado.
- ¡Oh dios mío! ¿En serio?

Y mientras el asentía y a mi se me llenaban los ojos de lagrimas de la felicidad corrí hasta el saltando sobre sus brazos, haciendo que los dos acabáramos sobre el suelo y llenándolo de besos por todas partes.

- ¿Sabes? Te quiero, te quiero muchísimo.- dije a horcajadas sobre el.
- Pues yo te quiero muchísimo más.

Tiró de mi nuca levemente haciendo que me encontrara con sus labios y empezar así un lento y apasionado beso. Hice desaparecer su camiseta dejándola a nuestro lado mientras acariciaba su torso con suavidad dejándole besos por todas partes. El colocó sus manos a tientas sobre mi cintura despojándome también de mi ropa. No estoy segura de cuando fue que empezamos, lo que si sé es que a su lado me sentía bien, protegida, y sobre todo, completa.


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