*Narra Noelia*
Junto con
Harry y Niall, Carlota y yo fuimos a la bolera del centro a pasar la tarde. De
camino íbamos riéndonos y contando un montón de cosas. Más adelante, a unos
pocos metros Harry y Carlota se iban dando empujones para tirar al otro
mientras se reían. Carlota estuvo a punto de caerse y los demás comenzamos a
reírnos, es una torpe, pero una torpe que se hace querer, como venganza por el
empujón se subió a caballito de Harry.
- Y ahora…
¡Arre caballo!- gritó dándole un azote en el trasero.
- ¡Oye!
- Fíjate,
parecen pareja… que monos se ven… ¿no crees?
- Tú y yo
seríamos mas monos…- susurró Niall, mis mejillas se tornaron de un tono rosado. Aunque creo que su intención no era que lo escuchara…- Si, si… muy lindos. Oye,
¿qué te parece si después de la bolera vamos a comer por ahí?
- ¿Todos?
- No, tú y yo
solos.
- ¡Si,
genial! O sea… quiero decir… sí, claro, me encantaría.
- Genial.-
rió.
Llegamos a la
bolera y nos dividimos en dos grupos, chicos contra chicas. La primera en
lanzar fui yo, la verdad es que no se me dan muy bien los bolos, no sé por qué
acepté venir aquí, soy penosa, ahora se van a reír y esto es frustrante. Lancé
la bola y derribe ocho bolos. Vaya, pues al menos no se me coló por el canalón,
voy mejorando, reí triunfante y cogí la siguiente bola, lanzándola y haciendo
un semipleno. A este paso fijo que ganamos. Harry cogió entonces la bola y se
dirigió a lanzar pero al pisar la línea de la pista sonó un timbre muy alto y
del susto se le cayó la bola colándosele por el canalón.
- ¡Harry no
debes pisar la línea hombre! No ves que eso es falta.- le riñó Niall azotándole
una colleja.
- ¡Auch!
- Mejor,
dejad sitio a profesionales…- se burló Carlota pasando por delante con aires de
triunfadora. Lanzó y solo tiró cuatro.
- Con que profesionales
¿eh?- se burló Harry recibiendo otra colleja, esta por parte de Carlota.
- ¿Qué pasa?
¿Hoy es el día de pegar a Harry?
- ¡Si!-
contestamos los demás a coro mientras el ponía morritos.
Al final acabaron ganando ellos. Aun no me explico esa serie de plenos de Niall… increíble.
- ¿Nos vamos
ya?- le pregunté a Niall.
- ¿Apurada?
- Hambrienta.-
me froté el estomago y sonreí.
- ¿A dónde vais?
¿A dónde te vas a llevar a la pequeña e inocente, inocente Noelia?- gritaba
Harry con fingido dramatismo apretándome en un abrazo.- Es demasiado joven para
tus perversiones Niall Horan.
- Creo que me
confundes contigo Styles.
- Suéltame
Harry, me estas ahogando. Solo vamos a comer.
- ¿Y nos abandonáis?
- Carlota…
Si, sin duda hacéis buena pareja, los dos unos melodramáticos que os pasáis.-
ambos se sonrojaron y Harry me soltó frotándose el brazo.
- Pues...
Iros, lejos de aquí, abandona-amigos, yo me iré cabalgando sobre mi caballo.-
Carlota se subió a lomos de Harry besando su mejilla.- ¿Vamos caballito? ¿O te
pesa el culo?
- Vamos.- se
despidieron y se fueron así por la calle.
- Están como
cabras.- dijo Niall ladeando la cabeza.
- Si… tengo
hambre, repito.
- Eres peor
que yo…- protestó, yo sonreí y juntos
nos fuimos hasta el Mc. Donalds más cercano.
Pedimos la
comida y nos fuimos a buscar una mesa. Niall en frente de mí. No podía evitar sonreír al notar lo tierno que
se veía comiendo así, como si fuera un niño pequeño en el recreo tomando la
merienda que su madre le preparó.
- ¿Qué?- preguntó
intrigado, soltando una pequeña carcajada.
- Nada.- le
dije divertida.- solo que pareces un niño pequeño en el cole.- sonreí.
- Ojalá fuera
así.- dijo entretenido.-... todo sería más fácil.
- ¿En qué
sentido?- le pregunte, tratando de iniciar una conversación que no me hiciera
sonrojar.
- Pues en el
sentido de que... Si este fuera el cole y nosotros fuéramos niños pequeños,
sería mucho más fácil decirte que muero por besarte, cogerte la mano, caminar
contigo así por la calle… simplemente lo haría y tú me darías caramelos a
cambio.
Me quedé
muda. Lo que quería que fuera una conversación normal se acabó convirtiendo en…
¿una declaración? … si, algo así. Oh, dios mío, qué lindo… Noté de nuevo el
calor subir a mis mejillas y no pude evitar levantarme de la silla. Me acerqué
a él y me senté en su regazo.
- ¿De
verdad?- pregunté ilusionada, el asintió y mientras colocaba mis manos a los
costados de su cara, el me rodeaba la cintura con sus brazos y juntos nos
fundimos en un cálido beso.
- Me
encantas...- acarició mi mejilla y me besó de nuevo.
Que dulce que
es este chico… Al terminar me acompañó a casa de nuevo, todo el camino de la
mano, como él quería. Al llegar no quería soltarlo, ahora que por fin lo tenía
conmigo no quería que se fuera aún a casa.
- ¿Me enseñas
un poquito más de guitarra?- le pregunté poniendo pucheros.
- ¡Claro! En
casa tengo unas partituras, ¿vamos para allí mejor?
- Vamos.-
sonreí. Llegamos a su casa y abrió la puerta.
- ¡¿Lía?!
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