viernes, 29 de marzo de 2013

Cap.14.-



Cuando finalmente me cansé de bailar y cantar por toda la casa mientras limpiaba con los cascos puestos, fui a por mi ropa y mis cosas al armario. Cogí las llaves que me dejó Harry y me marché. Al llegar al porche de su puerta metí con cuidado la llave en la cerradura y abrí la puerta, en seguida me arrepentí.

-¡Dios mío! ¿Qué es esto? Ponte algo ¿no?- Louis se giró bruscamente sobre si mismo y me lanzo una furtiva mirada. Estaba en bóxers paseándose por la cocina con una taza de café en las manos.
-¿Qué mierda haces en mi casa? ¿Cómo entraste?
-Vengo a ducharme. Harry me dio las llaves.
-Ah... vale.-le dio un sorbo a su café y tranquilamente me acerque a el por detrás.
-¿Qué bebes?
-Café.-espetó.                           
-¿Cómo el que me debes?-puso cara extrañada hasta que se acordó y una sonrisa irónica se asomó en su cara.

Antes de que reaccionara le quité el café y me lo bebí de penalti, al momento subí corriendo al cuarto de baño. Dejé la ropa sobre el lavamanos y colgué la toalla en uno de los ganchos de la pared, abrí con parsimonia el grifo dejando que el agua callera durante unos minutos hasta que me decidí a entrar. Me estaba enjabonando la cabeza cuando oí unos ruidos, me asomé entre la cortina pero no vi nada, así que me aclaré el pelo y después salí de ahí con toda la calma del mundo, la verdad es que llevaba cerca de media hora ahí dentro, un poco mas y acabaría como una uva pasa. Con los ojos cerrados estiré la mano y me até la toalla al cuerpo, al salir vi que mi ropa no estaba donde la había dejado… ¡Mierda! Bajé las escaleras corriendo, sujetándome el nudo de la toalla por si se deshacía, cuando llegué al salón pude observar a Louis con una sonrisa torcida en el gesto sentado en el suelo enseñándome como él había cogido mi ropa

- ¡Devuélveme la ropa idiota!

Sin dejarle ponerse en pié corrí hacia él y le solté una colleja, ante el golpe se abalanzó sobre mi descaradamente, empujándome de un lado a otro dándome pellizcos en los brazos. Conseguí sobreponerme a él rodando sobre mi misma atestándole varios en la pierna provocando que se retorciera de dolor. En ese momento se desató la guerra, y los pellizcos, manotazos, puñetazos fueron incontables. Louis me empujó colocándome otra vez bajo el, ya no aguantaba más, estaba tan enfadada que contraataqué tirándome de nuevo sobre él, mordiéndole el hombro con ganas, gritó e intentó quitarme de encima a base de rodillazos; finalmente, al no conseguirlo de ese modo, rodó sobre sí mismo y terminó tumbado sobre mí. Presionó mis manos contra el suelo, por encima de mi cabeza, intentando inmovilizarme

- ¡Quítate de encima, estúpido, me estás aplastando!

Me miró fijamente. Ambos respirábamos entrecortadamente, como si acabásemos de participar en una maratón. Se había despeinado con la pelea, y algunos mechones de su pelo alborotado rozaban mi nariz haciéndome cosquillas. Me removí bruscamente, intentando deshacerme de su agarre, pero él me sujetó todavía con más fuerza, presionando su cuerpo contra el mío.
 
- Si te suelto, ¿dejarás de pegarme?
- ¡Nunca!- contesté mirándolo con odio.
- Entonces tendremos que quedarnos toda la tarde así, tumbados en el suelo del salón uno encima del otro.-Sonrió con ironía y sus ojos azul verdosos parecieron brillar intensamente.-Qué interesante va a ser esto…

Un tenso silencio reinó durante unos segundos que se hicieron eternos. Comencé a tranquilizarme, y mis ojos se toparon con los rojizos labios entreabiertos de Louis, los cuales, curiosamente, se hallaban cada vez más cerca de mí. De forma inconsciente, cerré los ojos, despacio, como si estuviese esperando algo. Un beso, quizás.

-¡Hostia!, ¡Qué bien se lo montan algunos!- Louis dio un respingo, sorprendido, y se apartó rápidamente de mi para hacerse a un lado.

Niall y Noelia comenzaron a reírse y yo aproveché para quitarle mi ropa de las manos y salir corriendo hacia el baño de nuevo. Llegué y me apoyé sobre el lavabo. Levanté la vista hacia el espejo. Me miré en el varias veces mientras me lavaba la cara. Estuve a punto de besarlo. ¿Lo habría hecho? ¿Lo hubiera besado? Es muy guapo, despeinado y tal... no está nada mal... ¿Que estoy diciendo?

-¡Mierda Melissa! ¿Que pasa contigo?- me grite a mí misma.

Froté mi cara por última vez y me vestí. Quería volver a casa y tirarme en la cama a dormir, o descansar, o simplemente hacer algo para olvidarme de lo que acaba de pasar. Salí del baño y bajé de nuevo al salón para irme.

-Dejo aquí las llaves. Dale las gracias a Harry.- le susurré muy bajito a Louis.
-Hey, espera.- se acercó lentamente hasta mi.- respecto a lo de antes...
-Ahá...- Oh no... ¿Que diría? Me estaba poniendo nerviosa, estaba cada vez más cerca. Colocó una mano en mi mejilla.
-¿Tenias ganas de que te besara, verdad pillina?- riendo tiro de mi moflete y le aparte la mano de un golpe.
-¡Eres un completo idiota! ¿Lo sabías? ¡Un imbécil con cerebro de mosquito y un insensible!

Salí corriendo de su casa dando un portazo. Realmente me había cabreado. Yo que pensé que me pediría disculpas... eso me pasa por pensar. Llegué a casa y dejando las cosas a medio camino me tire boca abajo en el sofá, ahogando un grito sobre un cojín.

-Melissa... ¿eres tú?
-Si Lía...Hola. ¿Que haces aquí tan temprano? Pensé que no vidrias hasta más tarde.
-Son casi las nueve menos cuarto... y de todo modos...- no añade nada más y agacha la cabeza mirándose los pies.
-¿Pasó algo?- niega con la cabeza, aun agachada.- Venga Lichi... cuéntamelo.- se sentó a mi lado y comenzó a susurrar algo.- ¡Lía, habla bien que no me entero!
-¡Que besé a Alex Campelo!
-¿Como que lo besaste? ¿Y eso? ¿No era que ya no te gustaba? ¿Como fue?
-No se... es que, es complicado. Estábamos sentados platicando tranquilamente cuando apareció Zayn, en su precioso coche con su "preciosa" modelo de plástico...
-Espera, espera, espera... No me dirás que lo besaste para darle celos a Zayn
¿no?
-Es que no lo se... Sentí una rabia cuando aquella chica se colgó de su cuello... y a la vez me gusto el beso de Alex...
-A ti te gusta Zayn.- abre los ojos como platos negando con la cabeza.- Y también Alex.
-¿Que dices? Eso es imposible.
-Lía, te gustan los dos, admítelo. Te encanto besar a Alex y no puedes negar que tiene celos cuando ves a Zayn con otra chica...
-A veces te odio por tener razón…

Sonreí ante su comentario y le pedí ayuda para hacer la cena, las chicas estarían a punto de llegar, lo más probable.

sábado, 23 de marzo de 2013

Cap.13.-



*Narra Lía*
-Bueno, ¿preparado? Como en los viejos tiempos.
-¿Acaso alguna vez no lo he estado? Como en los viejos tiempos.-afirmó mientras una divertida sonrisa hizo asomar sus dientes.
-Ya conoces las normas, el primero en retirarse, pararse, caerse… pierde y le toca invitar al otro a un helado, ¿entendido? Y no vale hacer trampas Alex.
-¿Un helado? Me cambias las apuestas. Lo de las trampas dilo por ti guapa, yo siempre juego limpio.
-3…2…1… ¡Ya!

Y empezó la competición. Desde que éramos pequeños a Alex y a mí siempre nos ha gustado competir entre nosotros en cosas que se nos dieran bien para enseñarle al otro quien era mejor, antes apostábamos besos, ahora eso ya no va conmigo, prefiero algo que se pueda consumir a algo que me traiga viejos recuerdos. El se lanzó desde su extremo de la rampa y yo desde el mío entrecruzándonos los caminos varias veces. Sentía como estaba empezando a perder velocidad y no me apetecía nada estar escuchando el resto de la tarde pasarme por los morros que ganó el. Eso era la peor tortura de todas. Cuando llegue al extremo opuesto cogí mas impulso del debido, tanto, que casi me caigo por la velocidad, milagrosamente conseguí mantener el equilibrio. Llevábamos ya cuatro largos e intensos minutos yendo y viniendo, de un lado a otro, estaba empezando a aburrirme la monotonía así que me crucé por su camino intentando cambiar un poco el rumbo. Lo pilló tan de sorpresa que mientras me miraba adelantó demasiado un pie haciendo que el monopatín diera un vuelco y se callera al suelo.

-¡Gane! Una vez más señores y señoras… Lía Celemín vuelve a ganarle a Alex Campelo. ¡Si señor!
-¡Has hecho trampas! Te has cruzado en mi camino.-Me baje del monopatín sonriente y triunfadora y le tendí la mano para ayudarlo a ponerse en pie, pero como no, tiró de mi haciendo que quedara justo delante de él, a escasos centímetros de sus labios.- Me debes algo…
-Alex no…-susurré muy bajito.-yo no he apostado eso…
-Lo sé, solo… hazlo.- abrí los ojos de par en par, en verdad tenía ganas, pero no, ¿Qué me pasa? No puedo besarlo, no debo ¿Qué hago? Todas esas preguntas pasaron rápidamente por mi cabeza y me hicieron reaccionar.
-No.- me puse en pie con una mirada inflexible.- levántate, me debes un helado.

Después de ese accidente estuve un poco molesta, aunque me resultaba casi imposible enfadarme con él, era mi mejor amigo. Se disculpó mientras tomábamos ese delicioso manjar helado así que claramente tuve que perdonarlo, lo sé, no aguanto nada enfadada, ¿Qué le voy a hacer? Estábamos sentados en un banco, ya habíamos terminado el helado y estábamos charlando un poco sobre lo que hicimos durante los últimos años. Estaba sentada con mis piernas sobre su regazo cuando vi parecer un peculiar Audi R8 Spyder por la carretera. Un chico alto, algo desgarbado, de tez morena y despeinado bajó de el, acto seguido me di cuenta de quien era y no me importó lo mas mínimo que estuviera ahí; hasta que una chica alta, morena, de piernas largas y curvas pronunciadas, con unos pechos que parecía que iban a estallar en cualquier momento debido al ajustado top que llevaba… salió de la puerta del copiloto toda coqueta y se abrazaba al cuello de Zayn como si él fuera de su propiedad, dios que ganas tenía de darle una buena patada en el trasero, en un momento Zayn miró en mi dirección y se bajó las gafas de sol hasta la punta de la nariz para sonreírme hipócritamente, me resultaba tan asqueroso…

-¿Qué mir…?-no dejé que Alex acabara la pregunta cuando yo ya estaba besándolo.


“Mierda, ¿Qué estoy haciendo?” pensé. Mirando la cara de decepción de Zayn de reojo, me sentí bastante contenta, la verdad. Cuando se fue sentí la necesidad de apartarme de Alex, no quería provocar en él falsas ilusiones. Aunque realmente extrañaba esos besos.

-Solo…quería recordar como era todo antes…
-Ahá…
-Yo… creo que debo irme…

Sin darle tiempo a que dijera nada cogí mi skate y salí a toda prisa de ahí, no debí hacer eso…No debí besarlo… me sentiré culpable toda la vida si llego a lastimarlo, aunque realmente, me gustó.

*Narra Aya*

Que poca gente hay hoy en la biblioteca… Mejor, menos barullo y más concentración. Me decidí a buscar en libros antiguos, Jonathan Swift, Jane Austen, tal vez… algo de Mary Shelley, si, buscaré su famosísima novela de Frankenstein, me gusta mucho. 

-Cuanto polvo hay entre estos libros.- pensé en voz alta.

-Por el grosor del polvo en los libros de una biblioteca pública puede medirse la cultura de un pueblo.- me giré y vi a Liam detrás de mí, observándome con curiosidad.- ¿Nunca oíste ese dicho Aya?
-Hola Liam… No, la verdad es que no, pero me gusta.-sonreí.
-¿Qué buscabas?
-Frankenstein, de Mary Shelley… Llevo un rato buscando.
-¿No será este?- levanta su brazo con el libro entre sus dedos, sujetándolo con delicadeza.
-Si, ese exactamente, ¿me lo dejas?- extendí mi mano pero él se echo hacia atrás negando con la cabeza.
-Ciertamente, lo estaba leyendo.-agaché mi cabeza apenada.- Pero si me das un motivo por el que de verdad me apetezca dejártelo, te lo cedo.- sonreí.- ¿Por qué te gusta este libro?
- No lo sé muy bien pero me gusta la visión de Victor Frankenstein, se rebela contra la tradición, crea vida y modela su propio destino.
-Me gusta tu forma de ver las cosas, aunque yo lo veo más bien como que su impecable ambición es un engaño a sí mismo, disfrazada como la búsqueda de la verdad.

Estuvimos debatiendo durante un rato más nuestra visión sobre la novela, me resultaba extrañamente excitante la inteligencia de este chico aunque sus negativos rasgos en visión de Mary Shelley eran algo irritantes, pero a la vez atractiva. Finalmente mi cabezonería lo hizo rendirse entregándome el libro. Me puse muy contenta y una media sonrisa irónica se asomo entre mis labios. En modo de agradecimiento lo invité a tomar un café, me caía realmente bien, y ciertamente, era muy agradable y dulce. En la cafetería nos sirvieron un par de cafés espumosos con un precioso diseño, realmente me daba pena bebérmelo. Cuando di el primer sorbo al bajar la taza Liam se rió y cuando le pregunté que pasaba, posó suavemente su dedo pulgar sobre mi labio superior para limpiarme la espuma, enseguida me ruboricé, que efectos causaba este chico en mi…El tiempo en esa cafetería con e se me pasaba volando.

-Tengo que irme ya Liam, se me está haciendo algo tarde.
-Te acompaño, yo también tengo que ir ya a casa.- sonrió y sin que me diera cuenta ya fue directo a la barra a pagar el.
-Oye, que te invité yo.- me crucé de brazos fingiendo un enfado.
-Tarde.-sonrió dándome un leve toque con su dedo índice en la punta de mi nariz, haciendo que al momento mis mejillas pasaran de rosaditas a un tono rojizo, ¿Cómo podía hacer que me sintiera así?- Te ves preciosa cuando te sonrojas y ya es la segunda vez.
-Pues como no pares me volveré un tomate y personalmente, no me sienta bien el rojo.- esbozó una leve carcajada y dirigiéndonos fuera me sujetó la puerta como todo un caballero para que pasara delante de él.- Gracias.

De camino a casa fuimos hablando sobre nuestros planes de futuro, se veía que el realmente lo tenía todo preparado, mientras que yo siempre le daba vueltas al mismo asunto. Caminando tan pegados varias veces nuestras manos se rozaron y después de esos incómodos, aunque preciosos momentos, nos callábamos durante un rato. A veces yo misma a propósito para sentir el calor de su mano. Al llegar nos quedamos callados durante unos segundos en el umbral de mi puerta, sin saber que decir.

-Bueno, yo… voy a entrar ya…-comenté casi en un susurro.
-Si, vale… ¡Oye!-exclamó de repente.- Aun tenemos pendiente esa cita para ir al London Eye ¿no?
-¿Cita?
-Bu… bueno, salida…- se le enrojecieron instantáneamente las majillas.
-Si, acepto esa cita contigo Liam.- sonreí y antes de entrar se acerco y besó mi mejilla.- Hasta mañana…- susurré.
-Hasta mañana.- sonrió y se dirigió a su casa.

Dios. Que desesperación. Nunca me había sentido así, creo que este chico me está empezando a gustar… ¡Pero no puede ser! Yo no busco un novio... mi vida va dedicada a los libros, estoy demasiado ocupada para este tipo de intromisiones… ¿O no?
*Fin de la narración*

jueves, 21 de marzo de 2013

Cap.12.-



*Narra Noelia*
Desde que Niall vino a buscarme para salir a comer no tuve tiempo de aburrirme, era un chico muy gracioso y divertido, aunque al principio fue algo tímido y no hablaba casi nada, después mas bien, no había quien lo callara. Me llevo a comer a un restaurante que no conocía antes, era como una especie de KFC, creo que se llamaba Nando’s, vendían pollo, y la verdad es que estaba riquísimo. Me asombro mucho la manera en la que comía, devoraba todo lo del plato "¿como es que no engorda nada con todo lo que come?" pensaba.

-Noelia, Noelia...
-Ah...emm... perdona, ¿decías algo?
-Llevas mirándome comer dos minutos y tu casi ni has tocado tu plato ¿no te gusta?
-Ah...no, no es eso, sí que me gusta.-sonreí y seguimos comiendo.- Y tu... ¿estudias o trabajas?
-Estudio, música. Estoy en segundo curso del Saint Martins.
-¿Como?-me atraganté con la comida y empecé a toser mientras Niall se partía el culo de risa.- Ayúd...ame... ¿no?
 -Si, si, perdona.- se seguía riendo y me dio un vaso de agua.- Bebe anda... ¿Estás bien?
-Si.-contesté entrecortadamente.- Ya estoy bien, gracias. ¿Así que Saint Martins, eh?
-Así es. Lo comentó Liam el otro día, ¿no lo oíste?
-No, la verdad es que no. Yo estoy allí también.
-¿En serio?-pregunto. Los ojos comenzaron a brillarle y volví a asentir.

La comida fue con calma, estuvimos contando un par de chistes y conociéndonos mejor, era un cielo de chico. Al terminar estuvimos discutiendo sobre quién pagaría la comida ya que yo me negaba a que pagara él y viceversa. Finalmente acabó pagando el. Al terminar estuvimos dando una vuelta por el lugar, aun no me familiarizaba bastante con el sitio y una pequeña excursión no estaba mal. Me llevó a dar una vuelta por el parque y a tomar unos batidos…

-¿Quieres volver ya a casa?-me preguntó.
-Bueno…-contesté no muy convencida. La verdad es que me sentía a gusto con él.
-Umm.- se paso una mano por la barbilla, como cavilando.- ¿tocabas la guitarra no?-asentí.- ¿Qué te parece venir a mi casa y practicamos un poco de solfeo?
-¡Claro!- exclame contenta.- pero solo un rato, son las ocho y quiero llegar temprano a casa.- el asintió y me tendió el brazo para que me agarrara a él, me daba algo de corte pero finalmente cedí.

Llegamos a su casa y nos encontramos con una escena… bastante divertida, la verdad.

-¡Hostia! ¡Qué bien se lo montan algunos!- Louis dio un respingo, sorprendido ante el comentario de Niall y se apartó rápidamente de Melissa para hacerse a un lado.

*Narra Carlota*
Noelia salió muy contenta de casa con Niall dejándonos a las demás aquí, sin nada que hacer. Preparamos la comida y al terminar nos sentamos en el sofá a ver la tele.

-Yo quede con Alex.-dijo Lía.- en un par de minutos me voy así que hoy llegare tarde.
-Uii Lichi, Lichi... A ver que hacéis...-ella rio ante el comentario de Melissa.
-Que tonta eres a veces.-contesto. Justo después sonó el timbre de la puerta y despidiéndose con dos besos se fue.
-Bueno, yo me voy a ir a la biblioteca...
-Frecuentas mucho últimamente ese lugar Ayita.-dije
-No te preocupes que a partir de ahora lo frecuentare aun mas.- rio y se dirigió a su habitación para coger sus cosas y después marcharse.
-Bueno, yo creo que me iré a leer un rato.- dije.
-Está bien.

Subí a mi habitación mientras Melissa se quedó en la sala escuchando música. Busqué entre el montón de libros de la estantería a ver si alguno me llamaba la atención, pronto encontré una de las novelas de Thomas Hardy que me había prestado hace tiempo mi amiga Mimi. Me senté en el cómodo sillón de piel blanco pasándome por encima del regazo la cálida y suave manta que hizo la madre de Noelia. Estaba tan inmersa en la lectura que no me di cuenta de que la ventana estaba abierta hasta que escuché unos ruidos provenientes de fuera. Coloqué mi marca páginas con cautela y cerré el libro apoyándolo en el suelo.

-¡Mierda, me voy a matar! ¿Quien me manda a mí...?
-¿Qué? Pero... ¿Harry? ¿Que haces aquí?


-Llamé varias veces a la puerta pero nadie me contestaba.-hizo una pequeña pausa para entrar de una vez por la ventana y prosiguió.- el caso es que quería saber si vendrías a tomar algo conmigo.
-Eso es una afirmación no una pregunta.-sonreí divertida.- pero acepto.
-¡Genial!

Le dediqué una tierna sonrisa y salimos de ahí para ir hasta el salón. Me acerqué por detrás a Melissa y le quité los auriculares de un tirón.

-Me voy a dar una vuelta con Harry.-ella se giró para mirarlo. El se encontraba detrás de mí dedicándole una sonrisa que ella le devolvió.
-Vale, yo me iré a dar una ducha entonces.
-¿Quieres las llaves?-le preguntó Harry.- Con que después me las devuelvas no hay problema.-ella rió
-Te las devolveré, tranquilo, no las quiero para nada. Gracias de todos modos, pasarlo bien.

Se colocó de nuevo los cascos mientras yo ladeaba la cabeza, es de lo que no hay, cogí mi bolso y salimos de ahí. Me llevó a una cafetería a tomar algo, aunque personalmente no me gusta demasiado el café, e hice una pequeña mueca que por suerte Harry no vio. Me senté en una mesa al fondo con vistas a la calle mientras él me preguntaba que quería para ir a pedirlo a la barra.

-¿Café?
-No... Ciertamente no me agrada mucho.
-¿Té, entonces?
-Ui, si por favor, un té negro.
-¿Dulce?
-No.-sonrió y a los dos minutos volvió con dos tazas y una pequeña tetera, haciendo equilibrio con ellas.- como se te caigan me reiré de ti durante una semana.- sonrió y colocó todo sobre la mesa.- Vaya, “Twinings English Breakfast” mi favorito.
-¿En serio? Pues era el único que tenían…
-Pues ya podemos venir más a menudo ¿no te parece?- el solo sonrió y asintió con la cabeza.

Toda la tarde fue muy entretenida, Harry me contaba sus aficiones y yo las mías, era un chico bastante atento, en más de una ocasión me preguntó si tenía frío y hasta que no le dije que sí y logro ponerme su chaqueta encima no se quedó tranquilo. El camino de vuelta a casa fue bastante entretenido, nos íbamos riendo por cualquier cosa. Cuando legamos a la puerta de la mía me decidí a sacarme ya su chaqueta, yo estaba bien, pero él, en manga corta, con el frio que hacía, aun iba a coger una pulmonía o algo… Al “intentar” devolvérsela me quedé prendada de ella, respirando su embriagador aroma. No ¿que estoy haciendo? Carlota suelta la chaqueta, relájate, poco a poco la fui soltando hasta tendérsela, el solo me sonreía, aunque me pareció percibir cierta picardía en aquella sonrisa. Dios, me siento como Ícaro cuando se acerca demasiado al sol y mientras se quema acaba estrellado.

-Me ha encantado pasar esta tarde contigo.- me susurró antes de dar un beso en la comisura de mis labios.- Hasta otra.

Lo despedí tímidamente con las manos, las piernas me temblaban y si no fuera porque estaba en la calle me desplomaría ahí mismo, es tan guapo… demasiado. Pasé tres largos minutos chupando frío en el porche de la puerta hasta que por fin me decidí a entrar…