sábado, 16 de marzo de 2013

Cap.6.-



Cuando nos levantamos por la mañana siguiente desayunamos y nos vestimos pronto.

-¿Qué haremos hoy?-preguntó Carlota
-Vosotras no se pero yo me voy a patinar un rato.
-Siempre patinando Lía…-dijo Noelia
-Ya me conocéis.-sonrió se hizo una trenza, cogió su tabla y se marchó

*Narra Lía*
Me pasé toda la mañana patinando por las rampas de un parque cercano, habían chicas que me miraban con recelo porque muchos chicos no me quitaban los ojos de encima, a mi solo me hacía volverme más chula y demostrar de lo que era capaz, cuando estuve satisfecha con mis resultados y mi mejora decidí volver a casa pero no sin antes pasar por un grupito de chicos, bastante guapos por cierto, para presumir, me silbaron varias veces pero seguí haciéndome la interesante, como disfrutaba con eso. Seguí caminando hasta que un perro saltó sobre mi y comenzó a lamberme la cara, era pequeñito, precioso y como no tenía collar pensé que estaba abandonado así que lo cogí, me lo iba a llevar.


-¡Chester, Chester! ¿Dónde estás perrito?-me di media vuelta y vi a un chico venir corriendo hacia mi.- ¡Eh tu! Suelta a ese perro.
-¿Perdona?- me agaché a dejar al cachorro en el suelo.
-Lo que oyes, ese perro es de un amigo y se lo estaba cuidando.
-Pues este perro no tiene collar y no pareces muy buen cuidador de animales que digamos para dejar que esta cosita se te escape.- contesté aun agachada acariciando al perrito.
-Me da igual, es solo por unas estúpidas horas así que... ¿me devuelves al maldito perro?
-Toma a tu perro maldito cretin…-Estaba a punto de gritarle un monton de groserías, cuando alcé mi cabeza para mirarlo por primera vez y me encontre a un tipo alto, pelo negro alborotado, barba de hacía por lo menos tres días, desgarbado, vestía una chupa de cuero y con una sonrisa atravesada se quitó sus gafas de sol, era realmente atractivo... aun así tenía ganas de estrangularlo por su insolencia.
- ¿Cretino? ¿Yo? Te confundes muñeca, yo me llamo Zayn ¿y tú?
-No creo que te importe.
-Si no me importara no hubiera preguntado ¿no crees?
-Lía, me llamo Lía.
-Rodric tiene una perra que se llama así.- comenzó a reírse y le di una bofetada.
-Vete a reírte de tu pu… ¡Adiós!
-¡Espera! ¿No pretenderás irte de rositas no?
-Mírame como lo hago.- me di media vuelta cogí mi tabla e hice ademan de marcharme pero me cogió por el brazo.
-Muy atrevida tú, me parece a mi…- se acercó a mi susurrándome al oído antes de depositar un beso en mi mejilla, dios casi me da algo cuando hizo eso pero intenté mantener la compostura.
-Mira, el perro se te escapa.
-¡Mierda!- salió corriendo detrás de él y aproveche para marcharme de ahí corriendo.

¿Es que acaso ese chico intentó flirtear conmigo? No, que locura. Volví a casa con cara de pocos amigos.

-¿Paso algo Lía?-preguntó Melissa.
-Nada.
- No mientas…
-Conocí a un chico.-contesté seca.
-¿En serio?
-Si, me voy a duchar.
-¡Espera!-me detuvo Aya.- ¿Cómo es?
-Arrogante.

Sus caras parecían un poema, no sabían que decir así que subí y me duche.
*Fin de la narración*

Cuando por fin Lía acabo con la ducha serví la comida en la mesa y charlamos un rato.

-¿Qué tenéis pensado hacer esta tarde?
-Dormir.-contestaron Lía y Noelia a la vez.
-Yo leeré un poco.-dijo Carlota.
-Yo me acercaré a la biblioteca, hace tiempo que no voy y me apetece buscar algo…
-Pues como yo no tengo nada que hacer escribiré un rato.

Después de que Lía y Noelia se acostaran carlota y yo fuimos al estudio, mientras ella leía yo escribía.

*Narra Aya*
Todas se pusieron a hacer sus cosas mientras yo veía la tele esperando a que dieran las 5 para poder ir a la biblioteca, cuando llegó la hora me marché. Era grande y realmente tenía un montón de libros, cuando me decanté por uno, como no había sitio me senté en el suelo a leer.

Después de estar leyendo durante un buen rato miré la hora, se me había hecho muy tarde así que me dispuse a levantarme cuando accidentalmente choco con alguien.

-¿Está bien señorita?-me preguntó una anciana, debía de ser la bibliotecaria.
-Si, gracias.-

Seguí mi camino, iba a girar y de repente me doy en la cara con una estantería que no había visto de mi nariz empezó a brotar sangre, busqué en mi bolso pero no tenía pañuelos así que intente parar la hemorragia tapándome con la mano. Seguí caminando, quería salir ya de ese laberinto de libros y cuando por fin parecía que encontraba la salida ¡ZAS! Me volví a chocar con alguien.

-¡Mierda! ¿Algo más?-grité ya cabreada.-lo siento, de verdad, estoy teniendo un día horrible, mira como te dejé la camisa…
-Oh, no te preocup…pero si estas sangrando.-colocó una mano bajo mi barbilla y me la elevó, pronto me encontré con unos preciosos ojos marrones que enamoran y me miraban fijamente con dulzura, sacó un pañuelo de su bolsillo y me seco un poco la nariz.
-Ho…hola.-hable de pronto mientras el sujetaba un pañuelo sobre mi nariz.
-Hola.- sonrió.- ¿Cómo te llamas?
-Aya.
-Bonito nombre yo soy Liam, y dime, ¿por qué ese mal carácter?
-Porque intento salir de esta biblioteca pero no encuentro la puerta, ya es la tercera vez que me choco…- el rió levemente y me condujo hasta la salida.-Gracias…y, perdóname por lo de tu camisa…
-No es nada.- dijo retirando el pañuelo.- Mira, ya dejo de sangrar.-sonrió.- Para la próxima no vayas tan apurada y mira bien por donde vas.
-(Reí) Gracias, lo haré.
-Espera.-giré sobre mi misma.- ¿Sueles venir mucho por aquí?
-Es la primera vez, me acabo de mudar pero puede que frecuente este sitio.- ambos sonreímos y nos despedimos con la mano.

Cuando llegué a casa ya era tarde, en la casa de al lado estaban montando una fiesta que ¡dios mío, menudo volumen! Entre y estaban todas las luces apagadas, quizás ya estarían durmiendo.
*Fin de la narración*


No hay comentarios:

Publicar un comentario